Por Tarana pasó Bolívar, sostiene la leyenda que ubica en una antigua casona de este pueblo falconiano, el sitio de descanso de El Libertador durante uno de sus agotadores y titánicos viajes por la liberación suramericana. Otras versiones indican que Bolívar, antes de pernoctar en Zazárida, asistió a un baile organizado en esta vivienda que alguna vez tuvo 10 habitaciones. Más allá del rigor histórico, la casa es antiquísima y la leyenda bolivariana fascinante. Sin embargo, la estructura se encuentra en el más completo abandono, víctima de la indolecia oficial de aquellos que se autodenominan "bolivarianos".
Gruesas paredes, un techo altísimo que se llueve cuando el clima cambia. Tejas que han soportado cientos de miles de días de sol inclemente, tormentas de arena, vientos y contaminación del tránsito que circula por la Falcón Zulia a solo 30 metros. Asombrosamente la casa de Tarana, que los propios datan de hace 400 años, sigue en pie. Toda una proeza si tomamos en cuenta que hace un mes, entre tantas malas noticias, un camión se estrelló contra una de sus habitaciones, produciendo otra herida en su maltratado rostro.

Los daños fueron considerables y al estar bajo el techo de la casa de Tarana, lo primero que uno piensa es que ante un impacto como ese, lo más probable es que la casa se vendría abajo, pero no fue así. ¡Qué noble construcción!

Los daños fueron considerables y al estar bajo el techo de la casa de Tarana, lo primero que uno piensa es que ante un impacto como ese, lo más probable es que la casa se vendría abajo, pero no fue así. ¡Qué noble construcción!
Si vas por la Falcón Zulia, a pocos kilómetos de la estación de servicio 1ero de Mayo (Urumaco) encuentras Tarana. Allí está el aviso de la gobernación de Falcón y una pared pintada por los estudiantes de la escuela básica.

En la casa colonial de Tarana vive una pareja de adultos mayores, Dominga Chirinos y Eladio Toyo. Durante 25 años han ocupado la casa, perdiendo la cuenta de las veces que organismos oficiales de todo pelaje han prometido restauraciones y ayudas. Gracias a ellos a la casa no se la ha comido el monte.

En otro país, Tarana sería un polo de desarrollo turísitico. Un museo sobre Bolívar y sobre la arquitectura colonial, atracciones como las la "Venezuela de Antier" en Mérida, venta de recuerdos, artesanía, comida típica, chivo asado, dulces de leche, cocuy... en fin. Toda una infraestructura que contribuyese a la prosperidad económica de este humilde pueblo. Pero tal parece que los burócratas prefieren ferias de vallenatos, mamotretos viales, o peor aún, gastar millones de bolívares en campañas electorales financiadas por el mismo estado.

Un viejo altar es testigo mudo de las oraciones que desde tiempos inmemoriales, los habitantes de esta tierra han al hecho Creador, pidiéndole el milagro que no llega. Apelando a lo mundano, cuando se le pide sabiduría y acción a los gobernantes, el silencio es la respuesta. Nadie dice nada, nadie hace nada. Una nota en este blog que quizás quede para la anécdota, pero que en el fondo desea ser un empujón en la conciencia de sus lectores. ¡Hay que salvar la casa!

Los bolivarianos, los venezolanos, todos los que amamos a esta tierra, sentimos tristeza, indignación y vergüenza por tanto abandono, indolencia, incapacidad y destrucción.
¿Esperaremos que se caiga la Casa de Bolívar en Tarana?
En otro país, Tarana sería un polo de desarrollo turísitico. Un museo sobre Bolívar y sobre la arquitectura colonial, atracciones como las la "Venezuela de Antier" en Mérida, venta de recuerdos, artesanía, comida típica, chivo asado, dulces de leche, cocuy... en fin. Toda una infraestructura que contribuyese a la prosperidad económica de este humilde pueblo. Pero tal parece que los burócratas prefieren ferias de vallenatos, mamotretos viales, o peor aún, gastar millones de bolívares en campañas electorales financiadas por el mismo estado.
Un viejo altar es testigo mudo de las oraciones que desde tiempos inmemoriales, los habitantes de esta tierra han al hecho Creador, pidiéndole el milagro que no llega. Apelando a lo mundano, cuando se le pide sabiduría y acción a los gobernantes, el silencio es la respuesta. Nadie dice nada, nadie hace nada. Una nota en este blog que quizás quede para la anécdota, pero que en el fondo desea ser un empujón en la conciencia de sus lectores. ¡Hay que salvar la casa!
Los bolivarianos, los venezolanos, todos los que amamos a esta tierra, sentimos tristeza, indignación y vergüenza por tanto abandono, indolencia, incapacidad y destrucción.
¿Esperaremos que se caiga la Casa de Bolívar en Tarana?
Gracias por traer esta información.
ResponderEliminar